Soy un fluir constante, me reinvento una y otra vez. Este proceso de cambió se aceleró en el 2013, cuando agotada por la identificación con mi trabajo busqué otros ámbitos donde nutrirme. Comencé a complementar mi mente científica con mi parte espiritual. En este camino me formé como maestra de yoga, terapeuta reiki y me inicié en la practica de ZhiNeng QiGong, siempre enfocada en el viaje interior. Mi vida comenzó a cambiar, surgieron nuevas oportunidades, nuevas conexiones, esto amplio mi visión y me conecté con mi esencia. Los viajes son mi fuente de inspiración, un camino de vuelta a casa, una conexión con la belleza de la vida. El Camino de Santiago en el 2016 me ayudó a abrir mi corazón y me unió a mi compañero de vida. Entre el 2016 y el 2019 viví en México, un país que me conectó con la humildad, con los valores de su gente, dónde pude continuar especializándome en mi profesión y a la vez ofrecer un servicio de voluntariado en el hospital oftalmológico dónde trabajaba. Soy una ciudadana de mundo, amante de la naturaleza y creo en el poder creador que tenemos como humanos de crear un mundo más armonioso, con valores que nazcan desde el corazón no desde la ambición. Mi reto es ponerme al servicio para ayudar a ampliar la mirada para construir una nueva realidad.
Yoga: Mi enfoque en el yoga es poder aportar herramientas a los practicantes de yoga para que puedan usarlas en su día a día. Un enfoque a la restitución de la salud, a través del equilibrio energético que proporciona la respiración consciente, el ejercicio físico y el estado meditativo.
¿Qué quiero aportar a esta sociedad? Construir en base a un sistema de valores justo y equilibrado. Dónde la intención sea la ayuda para una evolución consciente. Capacitar a las personas para que se conecten con su potencial y lo puedan desarrollar. Acompañar en el proceso de cambio y autoconocimiento. Ayudar a través de mi profesión a desarrollar la visión tanto física como espiritual.
“Por todas mis relaciones.“